Quería un sueño, soñaba con las nubes y con tocar el sol.
En ese lado cobijada por la luz, con la esperanza en la mirada.
Mientras buscaba el calor por temor a que su cuerpo temblara.
Le dieron aquel atlas del cielo y buscaba estrellas.
Tan pequeñas pero tan brillantes y sin embargo la luna...
La luna siempre fue, allí arriba, la más bella.
La reina del cielo y de la noche.
Y cuando las nubes entristecían y caían sus lágrimas,
iban a parar en las mejillas de esa niña enamorada.
Enamorada de una fantasía. La niña que quería un sueño.
Soñaba con las nubes y con tocar el sol...
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